Special thanks to PLs-ArvadaCO

Nueva dirección del sitio web oficial (New official website address) - www.exteriores.gob.es


2. Una norteamericana en Sevilla:
Aquí tenéis narradas situaciones diversas en las que se encuentra una joven norteamericana, Nancy, que está en Sevilla escribiendo su tesis sobre las costumbres españolas. En parejas, leed los párrafos siguientes intentando comprender la idea general, subrayad el vocabulario que no conozcáis y anotad en qué consiste el malentendido.
image

A “Al pie de mi hotel hay un café con mesas en la acera, que se llama la Mezquita. En cuanto me siento se acercan unos vendedores muy raros (algunos ciegos), con tiras de papel numeradas. Dicen que es la lotería. Me ofrecen un trozo de papel por diez pesetas y me dicen que si sale un número que está allí impreso, me darán diez mil. Yo le pregunté al primer vendedor que se me acercó si es que él tenía tanto dinero, y entonces aquel hombre tan mal vestido se rió de mí y me dijo: “Yo, no. El dinero lo da el Gobierno. “ Entonces resulta que todos esos hombres son empleados del Gobierno. Pero parecen muy pobres”.

image “Me suceden cosas raras con demasiada frecuencia. Y no se puede decir que los hombres sean descorteses, no. Al contrario, se preocupan del color de mi pelo y hasta de mi salud. En la puerta del café hay siempre gente joven, y cuando vuelvo a casa veo que alguno me mira y dice: “Está buena”. Yo no puedo menos de agradecerles con una sonrisa su preocupación por mi salud. Son muy amables, pero no les entiendo. A veces se ruborizan sin motivo. O se ponen pálidos. Sobre todo cuando les pregunto cosas de gramática”. B

C “Ayer me sucedió algo de veras trágico. Había un acto oficial en nuestra Universidad, bajo la presidencia del mismo rector…Habló muy bien … y luego todo el mundo se puso en pie y aplaudió. Como yo quería mostrar mi entusiasmo a la manera americana, me puse dos dedos en la boca y di dos o tres silbidos con toda mi fuerza. No puedes imaginar lo que sucedió. Todos callaron y se volvieron a mirarme. Yo vi en aquel momento que toda la gente era enemiga mía. Había un gran silencio y se podía oír volar una mosca”. image

image “El marqués nos invitó a cenar… Comimos igual que en los palacios de Las mil y una noches. Cinco courses. Ya digo que tenía hambre … Figúrate: diez horas habían pasado desde el lunch:
El marqués me preguntaba qué era lo que me había gustado más en Sevilla.
    Le dije: -La catedral y la Giralda.
Entonces el marqués, tal vez agradecido porque debe ser muy patriota, mientras comía con la mano izquierda, con la derecha se puso a hacerme un masaje en una rodilla. ¡Cosa más extraña! Debe de ser una costumbre española. Tiene fama España de ser muy hospitalaria a la manera de los pueblos orientales y esa debía ser una atención tradicional con los huéspedes. Yo seguía comiendo con un hambre terrible. De vez en cuando miraba al marqués, sonreía y le decía: -Muchas gracias, señor marqués.
Con eso quería decirle que no se molestara más. Pero él seguía dándome masaje. Supuse que tal vez la marquesa estaba haciendo lo mismo con John. Pero luego supe que a John no le había hecho masaje nadie”.
D

Continuación