PRESENTACIÓN La lengua es un componente esencial de todas las disciplinas que conforman el currículum de los diferentes niveles educativos y el procurar que los alumnos la utilicen con propiedad habría de ser un objetivo esencial para los profesores, cualquiera que fuera su especialidad. Esta omnipresencia de la lengua explica, al menos en parte, que el éxito escolar de los alumnos en las diferentes materias del plan de estudios esté significativamente asociado a su dominio del idioma que se utiliza en el proceso de instrucción, lo que plantea uno de los problemas sociales y escolares más importantes de los sistemas escolares actuales, cuya solución requiere de una respuesta convincente a esta desafiante pregunta: ¿cómo se pueden minorar, primero, y suprimir, después, las diferencias que existen entre los resultados escolares que alcanzan los alumnos que forman parte de la población mayoritaria y los que obtienen aquéllos que pertenecen a minorías étnicas que mantienen entre otros valores culturales el idioma propio? Es preciso, pues, dejar de mantener la actitud pasiva de asombrarse ante las estadísticas que, machaconamente, ponen en evidencia el desfase escolar de los alumnos pertenecientes a grupos minoritarios; aceptar que la etiología de ese mal hay que buscarla -también- en el hecho de que el sistema escolar pasa por alto que la lengua de instrucción está sesgando el éxito educativo hacia aquellos que, personal y familiarmente, la utilizan como instrumento de comunicación habitual y, efectuado el diagnóstico, diseñar y aplicar una terapia que arranque del origen de la disfunción y no caiga en la tentación e buscar explicaciones espúreas, lo que, lamentablemente, no es infrecuente a lo largo de la historia. La lengua es, pues, mucho más que una materia escolar. Constituye -analizada desde una perspectiva estrictamente didáctica- un componente esencial del sistema de acceso de los alumnos a:
Gonzalo Gómez Dacal |